martes, 24 de mayo de 2011

Tokio Blues

T.O.: Noruwei no mori. 2010.Shinji Ogawa. Director: Tran Anh Hung. Guión:Tran Anh Hung,según la novela de Haruki Murakami. Reparto: Watanabe (Kenichi Matsuyama), Naoko (Rinko Kikuchi), Midori (Kiko Mizuhara).
Watanabe, Naoko y Kizuki son amigos desde pequeños. Un día, ya en la adolescencia, Kizuki se suicida en su garaje. Este hecho marcará de forma dramática la vida de sus dos mejores amigos. Watanabe siempre ha estado enamorado de Naoko pero nunca lo dijo, a partir de la muerte de Kizuki decidirá cuidar para siempre de Naoko. Por desgracia, ésta enloquece, obsesionada con el suicidio de su amor. Watanabe cuida de ella y le promete su amor, a pesar de su locura; pero, en la universidad, conocerá a Midori, una joven alocada y dispuesta a todo. Tendrá que decidir cual de los dos amores es el que quiere para siempre.
La película es un ejemplo de lo importante que es contar una buena historia en el cine. Da igual que acompañemos el relato con imágenes preciosas y una música muy bien seleccionada para cada momento, si lo que se cuenta es frío, distante e intrascendente, no vale mucho para el espectador que lo ve. Esto es lo que le ha pasado al director Anh Hung en este film. Las imágenes, gracias a la excelente fotografía, están llenas de belleza y son muy poéticas. La música favorece esta sensación (aunque en el final resulta un poco estridente). Sin embargo, no nos consigue transmitir lo que se quiere contar, la historia no cala en el espectador y abre numerosos interrogantes que no son resueltos correctamente, es decir, le hacen un "lío" importante al espectador. Lo curioso es que el director parece pretender crear este efecto de distanciamiento, por ejemplo: ilumina las escenas donde los personajes tienen relaciones sexuales con tonos azules, lo cual enfría tremendamente la imagen y al que la visiona o llena las escenas de música, alejandonos del personaje y centrandonos en la belleza de lo que vemos.

Es un film al que le falta profundidad en los personajes pues no sabemos muy bien quién es quién (los personajes son insertados sin decirnos antes su nombre o mostrarnos la importancia que puedan tener. Más adelante serán retomados y, a lo mejor, nos explican de quién se trata) y sus sentimientos necesitan un excesivo trabajo de atención para comprenderlos (no queda nada claro que es lo que siente cada personaje por el otro, las relaciones son repentinas y se introducen en la historia de forma tan brusca como desaparecen).
Un poco más de calor en la historia y un poco menos de pretenciosidad por parte del director habrían convertido la película en un drama muy correcto, al nivel de otros films asiáticos sobre romances turbulentos e imposibles. Desgraciadamente no es así. (4'25/10)

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